Talento centroamericano se hace sentir en el Ficcua 2019

08-06-2019
Andrea Marin / UCR

El tercer día del Ficcua en las sedes de la Universidad de Costa Rica, inició con danza y música en el Aula Magna.

En este recinto abrió sus puertas a las 9 de la mañana con bailes tradicionales y folclóricos a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Más adelante subieron al escenario el Grupo Experimental Universitario de la Universidad de Costa Rica, quienes interpretaron música latinoamericana con arreglos y composiciones propias.

RitmoTec puso a bailar al público con una coreografía llena de ritmos latinos como salsa, merengue y bachata. Mientras que la Universidad Estatal a Distancia presentó el baile folclórico titulado “En cuestiones de la peste, San Caralampio es el mejor”.

La Universidad de Panamá mostró sus cualidades en el arte vocal con la participación del Coro Polifónico, quienes interpretaron un popurrí panameño, y las canciones Así, Usted, Sueña y la Última noche, todas del repertorio de música contemporánea. Además del Ensamble Pléyades que interpretó las piezas Suspiro de una fea, Panamá viejo, Brisas mesanas, entre otras.

Por su parte, la Universidad Especializada de las Américas de Panamá (UDELAS) participó con danza y un grupo de cuerda y voces.

Ambiente movido

Las presentaciones en el Parqueo de Educación estuvieron muy movidas con espectáculos de danza y de música, que ofrecieron un ambiente alegre que invitó a los presentes a unirse a los diferentes espectáculos.

Entre ellos estuvo el grupo de música panameña de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) llamado ‘Fusión Musical Folclórica Attitudes’, el cual incluyó baile y canto y mucha alegría de parte de los participantes y de la audiencia.

Uno de sus miembros, Reynaldo Pino Murillo, manifestó  que “La experiencia del Ficcua ha sido una experiencia increíble, porque cada día hemos ido aprendiendo en los talleres y hemos visto el arte de las personas y eso es algo que llena mucho, ver lo que las demás personas expresan”.

Este estudiante de Ingeniería dice que al encontrarse con otras personas enriquecen lo que ya sabían y tienen un crisol de razas y de hermandad centroamericana.

Pero el colorido y la energía la pusieron el grupo Yancunu, con su presentación Dibiguidauuamen Wuafandira, que significa flameemos la bandera. Este grupo de danzas garífunas está conformado por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), quienes son de origen afrohondureño y provienen de diferentes comunidades de la costa caribeña de ese país.

Durante la presentación interpretaron una serie de ritmos utilizados en diferentes celebraciones de su cultura, acompañados de tambores.

Precisamente, Ana Cecilia García Chimilio, quien es estudiante de Enfermería y es una de las integrantes de este grupo expresó que desea continuar desarrollando actividades artísticas aun después de que termine sus estudios. “De por sí que esto es como que a uno le nace, uno escucha ese tambor y que le da picazón en los pies, entonces creo que cuando termine mi período dentro de la Universidad yo continuaré porque esto es amor a la cultura de uno, no es que terminé la universidad y ya, no esto tiene que continuar”, expresó.

Sobre su participación en el Ficcua, García manifestó que su grupo se lleva estamos una bonita experiencia porque es conocer y aprender acerca de las demás culturas y de las demás personas,” creo que es algo único que cada quien lleva como experiencia”.

Durante la tarde, se presentaron otros grupos de universidades costarricenses como Danzú, de la Universidad de Costa Rica (UCR) que interpretó la obra de danza ‘Aunque no haya sitio donde ir’, la cual representó el tema de la migración de las personas y lo que esto significa para sí mismos y sus familias.

Esta obra, que buscaba llamar a la reflexión sobre esta temática fue descrita por una de las integrantes del grupo, Paola Paniagua Murillo: “nosotros hablamos de la migración, que es un tema muy fuerte, entonces queríamos tocarlo a través de la danza, que es la expresión y a mí me llega mucho y a mis compañeros”.

Luego, el color y la música folclórica costarricense la puso el grupo Barbac, de la Universidad Nacional (UNA) , con la obra ‘Labriega valiente’, la cual buscaba representar la proyección de la mujer en algunos de los roles de la tradición de Costa Rica, los cuales podrían revalorarse.

La Universidad Técnica Nacional (UTN) se lució con el grupo de Floreo, en el cual participan tanto hombres como mujeres, quienes hicieron diversas maniobras con la soga, primero de forma individual y luego de manera grupal.

En otra de las sedes, en el céntrico Teatro Popular Melico Salazar, tuvieron participación Nicaragua, Honduras y Costa Rica.

La Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), Universidad Estatal a Distancia (UNED), Universidad Técnica Nacional (UTN), Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Nacional (UNA) fueron las instituciones encargadas de engalanar la noche donde una gran variedad de públicose hizo presente para entrar en contacto con diferentes expresiones culturales de Centroamérica.

Con gran parte del teatro lleno por espectadores, el primer grupo en hacer su presentación fue la Compañía Folclórica de la Universidad de Costa Rica con una mezcla de música y baile donde hacían una crítica con el folclore a los feminicidios. Seguidamente la UNED exhibió danza con "Así es nuestro Pérez Zeledón" al igual que la UTN con "Afroraíces."

El cuarto grupo en presentarse fue la UNAN de León, Nicaragua con "Linda y bella Masaya en mi tierra" un conjuntos de danzas populares del país que se unieron con una poesía dedicada a las bellezas del país sede. Además la UNI expuso la danza "El espíritu del caribe en Nicaragua."

La noche prosiguió con la UPNFM que presentó "Welcome to Centroamerica" un montaje artístico interdisciplinario, proseguido del Coro de la Sierra de la UNA.

El cierre de las presentaciones estuvo a cargo del teatro ya que tanto la UTN como la UNED presentaron "El diario de la Vida." y "El sonido de las cosas.”

Como parte de las puestas en escena que se realizaron en el Teatro 1887, el grupo de teatro de la Universidad de El Salvador presentó “Niños culpables, testimonios prohibidos” que cuenta las historias sobre algunos de los niños y adolescentes más vulnerables de Latinoamérica, los cuales han sido sentenciados por la sociedad a través de la doble moral que esta presenta, mostrando cuanto trabajo falta por hacer en temas de inclusión, equidad y diversidad para esta población.
Para realizar el montaje se llevó a cabo una investigación documental, con el objetivo de lograr ser fiel a la realidad misma y mostrar un trabajo más orgánico.

La dureza del tema y la excelente interpretación de los  jóvenes actores y actrices les valió una merecida ovación por parte del público presente.

 

 

 

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